Del humor y otros disensos
“Si el humor ofende es problema del ofendido”.
Milan Kundera.

Existen columnas especializadas en espectáculos lamentando que en los principales canales de TV no haya una barra de comedia regular, cosa que lamento también, aunque deploro más que sus autores ignoren –o pretendan ignorar– que la censura actual sobre la comedia en señales abiertas de televisión responde a 3 razones, todas ellas igualmente deplorables:
A).– La comedia siempre ha sido el enemigo sentimental número 1 de los tiranos (intelectuales, políticos, ideológicos, etc.), básicamente, por su gran influencia entre la gente.
Con el retorno a la democracia en 2000, se abrieron propuestas de crítica política de mucho mayor alcance –¿Quién lo niega?- que las editoriales periodísticas.
De ahí que, en cuanto los priistas recuperaron el poder, fulminaron dichas expresiones en medios masivos. Lo poco que vemos hoy (independientemente de su valor intrínseco y del subjetivo gusto que se comparta o no) ni siquiera es humor inteligente.
B).– Estrategias mediáticas. Llenar una barra de 5 programas de comedia (cuya sustentabilidad financiera queda en entredicho desde antes de iniciar) cuesta 2 veces y medio más que una telenovela.
También, y pocas veces se menciona, existe la estrategia de “migrar” contenidos de la TV convencional a la digital.
Después de todo, si Netflix, gracias a trancazos como House of cards, está generando millones de dólares y premios de crítica, ¿Por qué no apostar por esta clase de plataforma dándole allá lo que acá se quite?
C).– Nos volvimos “reinas del drama”, defensores de lo políticamente correcto, “con razón o sin ella”, susceptibles de todo halago y toda crítica, cultores de la contradicción obvia entre la libertad de expresión y la supresión de la misma.
Erigimos al mundo digital en una Santa Inquisición que haría las delicias de Lucio III, Papa que hace más de 830 años germinó su versión medieval de policía del pensamiento.
***
-Mamá, mamá, ¿Cuándo se me va a quitar el cáncer?
-Pronto hijo. Ya le faltan pocos likes a tu foto de Facebook.
***
Lo reconozco: Tuve que fletarme todo el discurso, tan mediocre y repetitivo como el de cualquier otro político, de Francisco Kiko Vega, el gobernador de Baja California, para el Día Internacional de la Mujer.
No creo que este panista no tenga en su nómina algún asesor o asesora, pues todo hombre y mujer de poder los tiene bajo la premisa de que lo auxiliarán para que no la cague.
Así que el fragmento escandaloso, donde se limita a cambiar el tono de su discurso para jugar a autopariodiarse como un conservador machista ni siquiera tiene que sacarse de contexto.
Bastan nuestras pieles sensibles para dejar de ver lo que fue (una rutina cómica) y pedir la excomunión en tribunas mediáticas y legislativas.
Me dio mucho más risa oír hablar a mujeres de todos los partidos en el Congreso, no como si fueran las diputadas con fuero y altos salarios en busca de su próximo cargo, sino desprotegidas campesinas de Guerrero en busca de sus hijos desaparecidos.
¿En serio? ¿Era para tanto? Puede o no gustar su Stand up, pero ¿Valió la pena tanta morcilla? ¿Cambió la situación de las mujeres en Baja California, en México? ¿Las mujeres del Congreso, en bloque, hicieron algo más que sólo quejarse?
***
Un sordo, un ciego y un cojo van por una calle, hasta que, de repente, el sordo se detiene.
-Oigo algo –dice.
-Ya los vi: Son unos sicarios –dice el ciego.
-¡Corramos! -dice el cojo.
***
Rodner Figueroa. Un animador de TV del que jamás hubiera oído hablar sino fuera porque hizo un comentario hilarante sobre un hombre mal caracterizado de Michelle Obama.
Podría seguir sin conocerlo si no fuera porque Univisión –cuyos contenidos tampoco alientan del todo la diversidad, la multiculturalidad y la tolerancia-, un medio libre e independiente como todo medio que se precie de serlo en Estados Unidos, procedió a su despido fulminante por ese comentario sobre la Primera Dama.
(¿Ya lo ven? En todos lados de cuecen habas y parece no importarnos).
No lo mencionaría de no ser porque Rodner tuvo que emitir un comunicado disculpándose de su chiste –no, por supuesto, de su calidad sino por cómo lo interpretaron– y suplicando no sólo que lo tildaran de racista –¡Racista, un “afrolatino”, por Dios!-, sino que no amalgamaran su error personal con los juicios a su comunidad.
Nos ofendió su chiste, pero no pareció ofendernos las consecuencias de carecer de sentido del humor.
¿Y si la Primera Dama hubiera sido blanca y republicana? ¿No clamaríamos, donde y cada que pudiéramos, contra el Imperialismo Yanqui por su trato a los inmigrantes hispanoamericanos y a su población negra? ¿O contra los medios “plegados a los intereses de Washington”?
***
Un bolillo y una tortilla corren por las calles de La Habana seguido por una turba de cubanos famélicos.
A la vuelta de una esquina, miran a un filete de res bronceándose al sol muy quitado de la pena.
-¡Corre, bistec! -le gritan al pasar- ¡Que te comen, chico!
-¡Ja! Corran ustedes –replica la carne-: A mí ni me conocen.
***
No mencionaré a Charlie Hebdo ni a El Jueves ni a El Chamuco ni a los cartonistas en lo individual ni las presiones (económicas, políticas, físicas) que padecen por su postura no sólo política, sino sobre todo humorística. Lo saben de sobra.
Nuestro actual mundo digital no sólo nos conecta y nos informa, sino que incluye sus juicios, sus leños para la hoguera, sus condenas para los herejes.
Este Santo Oficio mejorado no tiene que untar aceite hirviendo en las piernas para una confesión ni convencer a nadie en juicios públicos. Resulta suficiente con ser masivo para exterminar prestigios ajenos al por mayor.
Estableciendo por anticipado de qué lado está, extiende la misma dinámica de los medios convencionales: Aplicar el sesgo de unanimidad (falacia por la cual si los demás lo dicen debe ser cierto) y enviar una aplanadora verbal y gráfica que no da margen de réplica ni de independencia frente a la feroz necesidad de sumarse a la ola.
Una mentira sostenida por la mayoría no deja de ser una mentira, habla la lógica. Y contemplar el actual clima de linchamientos digitales, sobre todo contra las gracejadas, implica una exagerada carencia de lógica en una Era así llamada “del conocimiento”.
Nada menos inocente que el humor para señalar las hendiduras de nuestra realidad, cierto. Nadie más ingenuo que “los ofendidos” por creer que, con sus métodos, la pervertirá, es decir, la cambiará para mal.
Y me preocupa que “los ofendidos” nos estamos convirtiendo en esa “mayoría” fácil para propalar la mentira y el odio gratuito, todo a nombre de la necesidad de expresarnos.
Porque, aclaro, aquí no se cuestiona la libertad de expresión ni de conciencia: Tienen el mismo derecho a existir y a opinar tanto Guillermo de Baskerville como Jorge de Burgos, personajes de El nombre de la rosa, la novela de Umberto Eco que explora en paralelo la relación -y la lucha- entre la razón y el humor contra el fanatismo y la «seriedad».
Se cuestiona aquí justamente lo que Eco relata ahí: El “ofendido” Jorge clama, manipula e incendia una biblioteca en pos de exterminar unos de muchos sustentos filosóficos de la risa. ¿El horror? Que triunfa, no sin complicidad, a costo de vidas humanas.
***
En el convento…
Obispo: Ya sabe, Madre Superiora, la esperamos a usted y a todas las monjas y novicias de su claustro para las fiestas patronales.
Madre Superiora: Por supuesto, Su Excelencia, ahí estaremos sin falta.
En la curia…
Madre Superiora: ¡Pero, Su Excelencia! ¡¿Qué hacen usted y todos estos curas desnudos?! ¡¿No dijo que eran las fiestas patronales?!
Obispo: Sí, Madre Superiora: Pa’ tronales el culo.
*Escritor y periodista mexicano (Villahermosa, 1982). Ganador del Primer Concurso de Ficción Playboy 2008, nominado al Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2010. Reconocido por la UJAT en 2002 (Premio Universitario de Ensayo sobre Benito Juárez) y en 2009 (Premio de Cuento de la Feria Universitaria del Libro).
Ha publicado artículos sobre temas variados y relatos de ficción en diversos diarios y revistas locales y nacionales. En sus blogs (Aquí y en El desprendimiento del iceberg) y su Twitter (#AhoraResulta por @Acrofobos) se puede hallar el despliegue de su obra literaria y periodística.