El invierno en despedida

El invierno en despedida

No soñaba contigo desde la primavera anterior. Eso fue, claro, después de la leva y el traslado, pero todavía una noche de guardia tras un duro entrenamiento, pude soñarte una última vez. Nadabas bajo cierta profundidad en un río tranquilo y diáfano, rodeada de algunas penumbras pues no era mediodía, despacio aunque usando todo tu cuerpo, como un pez que apenas conociera el agua. Perdón, Sasha, sé que te gustaría leer otras cosas más inmediatas, pero, de entrada, responderé más tarde a todas tus preguntas elementales y, segundo, existen 2 razones para iniciar ésta, mi primera carta autorizada desde el cuartel, con mi sueño. Soñé contigo, eso es noticia. Sin embargo, aquí, ahora, mientras escribo y se me sale el recado de que Semion fue descuidado al desarmar su mina antipersona, la verdadera noticia es que he soñado. El resto, antes y quizá de este punto en adelante, son sólo pesadillas.

Nadabas, te decía, completamente desnuda, grácil y atlética, sin asomarte siquiera a respirar, a verme cómo te contemplaba desde la orilla sentado en las raíces del mango, ¿Te acuerdas de aquel mango, el del columpio que nos costó amarrar?, absorto en la Seguir leyendo «El invierno en despedida»