¡Que inicie la subasta!

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600 pesos y una despensa, seguramente con valor no mayor a 500. ¡1,100 miserables pesitos del partido en el poder!

Este año y por tratarse de la peor selección de candidatos desde el retorno a la democracia, la puja por mi voto, solitario pero muy valioso -como se verá-, empieza en 50 mil pesos mexicanos.

La oferta expira a la media noche del próximo sábado 6 de junio. Después, y hasta las 5:00 de la tarde del domingo 7 de junio, costará 100 mil pesos.

¿Razones? Podría empezar por orden alfabético o por orden de importancia, pero será igual de interminable, ominosa y legítima la lista de razones para vender mi voto por un precio mucho muy superior al que están acostumbrados a ofrecer.

¿Bases del precio? Iniciaré por mencionar algunas fórmulas necesarias para el cálculo, todas ellas verificables en fuentes oficiales y estimaciones matemáticas que se pueden realizar en una calculadora escolar. Ciertas cifras han sido redondeadas, otras se explicarán sobre la marcha.

En todo caso, anote, haga sus cuentas, e igual cuando lo visiten, nomás extiende la cuenta y pide su lana. Si le regatean, puede mostrarles el resto de este artículo.

Para calcular el precio

Saldremos a votar para decidirnos por diputad@ federal, diputad@ local y president@ municipal. Nada mejor que las ganancias de cada cargo (Salarios, prestaciones, etc., pero no cobros a la mano) para extraer el valor relativo de cada voto.

Ahora bien, para la administración del conteo de votos, los ciudadanos somos divididos según una geografía electoral específica: Distritos electorales, en los primeros 2 casos, municipios, en el tercero. La población total (Habitantes) y la población votante (Lista nominal) varía entre uno y otro, por supuesto; iré indicando cuándo y cómo y la manera en que eso influye en el valor del voto.

Así que sus ingresos totales durante su período de gobierno (3 años en los 3 casos) se irán dividiendo según los números que arroja esa administración electoral, esas poblaciones, la participación, los cargos finales, etc. Tomen aire:

Por ley, un distrito electoral federal no debe sobrepasar los 300 mil habitantes. En Tabasco, un distrito electoral local no pasa de 120 mil habitantes; de hecho, en el más grande (XIX, cabecera en Nacajuca) radican 115 mil. En Centro, el municipio donde voto, vivimos 664 mil 53 personas.

Aquí viene el 1er. cálculo: Ingresos Totales por 3 años (IT3) divididos entre la Población Total (PT) correspondiente.

Sin embargo, sabemos que una niñita de 17 años, por muy consciente que esté de la situación política de su vecindario, no puede votar. Así que pasamos al 2° cálculo: A la PT le restamos el porcentaje de Población No Votante (% de PNV); nos da como resultado la Población Votante (PV), que igual el INE debe darle en automático.

Luego, al 3er. cálculo: Dividimos los IT3 entre la PV.

4° cálculo: Se sabe de sobra que no todos acuden a votar y que varios otros acuden a anular su voto. El primer caso se llama abstencionismo; el segundo, anulismo. La sumatoria de ambas cifras nos da el Porcentaje de Población Votante Inactiva (% de PVI). Bien, restamos la PV de la PVI, lo cual nos deja la Población de Electores (PE).

De ahí, el 5° cálculo: Dividimos los IT3 entre la PE.

Tranquil@s, ya estamos por acabar. Un par de cálculos más.

Primero -y muy relevante-: No todos los que salimos a votar elegimos la misma opción. Y qué bueno, de lo contrario gozaríamos de una saludable dictadura. Claramente, por lo tanto, sólo una opción resulta ganadora, quizá para detrimento de los ciudadanos que no decidieron por ella. Se puede argüir que para eso está el voto diferenciado (Elijo a un alcalde de un partido y al diputado de otro diferente), el proselitismo, los medios de impugnación, etc. Quiero subrayar el hecho que detrás de cada comicio quedamos un estela de perdedores que, de todos modos, pagamos los ingresos del ganador o la ganadora, asumiendo que quiénes votaron para lograr su triunfo están más que de acuerdo con pagarles -de sus impuestos- dichos ingresos.

Así que pasemos al 6° cálculo: Restamos de la PE el Porcentaje de Electores Ganadores (% de EG) para cada cargo. Debo recalcar el hecho que existen variaciones -y su valor específico- para cada cargo. La sustracción nos arroja la Población de Electores Perdedores (PEP), gente que, repito, no estamos de acuerdo con pagarle al que resulta ganador.

Y lo repito para darle un valor a la subasta de votos, no para que vulneremos los sagrados valores de la pluralidad, la libertad y la diversidad de nuestra democracia: Nadie gana para siempre. Nadie pierde para siempre. Afortunadamente.

Por último, 7° cálculo, dividimos los IT3 entre la PEP. Este cálculo final es el importante, el que revela cuánto vale el voto de cada persona particularmente si lo dirigiera a una causa ganadora. de eso se trata esa subasta: De darle valor al voto que se pierde porque se fue a alguna opción que no obtuvo el cargo.

Tome lápiz y papel

Realizaré mi cuenta personal a modo de ejemplo doble: Para los candidatos que lean esto y sepan cuánto deberán ofrecerme; y para ustedes, que sepan también el mínimo costo del ejercicio democrático, de la clase política y de nuestra propia apatia en la permanencia de nuestras libertades.

Veamos: Los IT3 de un diputado federal, según su propio Portal de Transparencia, es de 7 millones 172 mil 316 pesos. Según el 1er. cálculo (IT3 divididos entre PT), cada habitante de ese distrito pone 23 pesos con 90 para mantener a su diputado durante 3 años.

¿Poco, cierto? Bien, pero si hacemos el 2° cálculo (PT menos PNV, que en 2012 fue de 31.67 %), tenemos una PV de 204 mil 990 ciudadanos. Con el 3er. cálculo (IT3 entre PV), aumenta el precio del voto a 35 pesos redondeados.

Bajo, sí. Pero recordemos a quienes cuyo voto no decide -activamente, pero sí pasivamente-, con el 4° calculo (PV menos PVI, 68 % en 2012): Sólo nos quedan 65 mil 597 ciudadanos como PE. Procedemos al 5° cálculo: IT3 entre PE igual a 109 pesos con 34 centavos por voto.

Todavía más: Para el caso específico de mi distrito electoral federal (VI, cabecera en Villahermosa), se registró un 33 % de EG. Hacemos el 6° cálculo (PE menos % de EG) = 43 mil 950 ciudadanos como PEP. Por último, el 7° calculo: De nuevo los IT3 entre PEP. Precio final: 163 pesos  con 20 centavos.

163.20 pesos. Ya es algo, ¿No?. Ahora bien: Su voto no sólo «elige» al diputado de su distrito. También a un clado de platelmintos llamados plurinominales. En 2012, Tabasco aportó 4. Así que esos 163.20 los multiplica por 5 (Su distrito más 4 parásitos), lo que arroja 816 pesotes.

Más dinero por su sufragio

Anótelo. Ahora vayamos a la elección local. Si en su estado se elegirá gobernador, rige el mismo principio de los cálculos. Nomás deberá conocer cuánto gana -oficialmente- durante su mandato, usualmente un sexenio o más si se reelige, y eso será su IT6.

Bien, en Tabasco escogeremos diputados locales, sus respectivos pluris y alcaldes. Daré las cifras para el cálculo, basados en mi distrito electoral local (VI, cabecera en Villahermosa):

IT3 = 3 millones 750 mil 12 pesos por diputado.

PT del distrito = 113 mil 237 habitantes. IT3 ÷ PT = 33.12 pesos.

PNV = 31.06 % en 2012.

PV (PT – PNV) = 77 mil 375 ciudadanos. IT3 ÷ PV = 48.47 pesos.

PVI = 68 %, en 2012 (Abstencionismo + voto nulo)

PE (PV – PVI) = 24 mil 760 electores. IT3 ÷ PE = 151.46 pesos.

EG = 33 %, en 2012

PEP (PE – % de EG) = 16 mil 590 electores perdedores. IT3 ÷ PEP = 226 pesos.

Ahora bien: En Tabasco, la particularidad cameral empeora. Con el conteo de mi voto, también se «eligen» ¡7 pluris! Así que el precio final lo multiplicamos por 8 (Mi distrito más 7 parásitos): 226 x 8 = 1,808 pesotes.

Espere, puede aún exigir más. Nos quedan los cálculos para alcalde o alcaldesa, en mi caso, Centro, Tabasco:

IT3 = 3 millones 660 mil 12 pesos por cada un@.

PT del municipio = 664 mil 53 habitantes, actualizado por el INE a 2015. IT3 ÷ PT = 5.12 pesos.

PNV = 27.72 %, estimado, (Lista nominal ÷ PT) – 1. El resultado se multiplica por 100.

PV (PT – PNV) = 479 mil 925 ciudadanos (Lista nominal del INE, 2015). IT3 ÷ PV = 7.63 pesos.

PVI = 32.58 %, en 2012 (Abstencionismo + voto nulo)

PE (PV – PVI) = 323 mil 566 electores. IT3 ÷ PE = 11.32 pesos.

EG = 40.12 %, en 2012

PEP (PE – % de EG) = 193 mil 752 electores perdedores. IT3 ÷ PEP = 18.90 pesos.

Si se le hace poquito, le recuerdo que detrás del(a) president@ municipal van, para el caso de Centro, otros 13 nematelmintos: Les nombran regidores y también hay «pluris». Así que multiplica esa cantidad por 14 (Alcalde más 13 parásitos): 18.90 x 14 = 265 pesotes.

Haciendo la suma total, mi voto vale -y bien lo vale- 816 + 1,808 + 265 = ¡2,889 pesos!.

¿Que por qué pido 50 mil, muchísimo más de los casi 3 mil pesos que cuesta mi voto? Porque no estoy considerando los cuantiosos gastos de campaña, prebendas, medios de comunicación, prerrogativas de partido, multas, ni los no menos cuantiosos negocios, diezmos, coimas, peculados y desvíos que cada candidato y eventual ganador mueve, llegue o no al cargo. Todo a costa de los impuestos que pago con puntualidad.

Y se van a enriquecer con mi voto, ¿Por qué no hacerlo yo, dueño de la decisión final?

 *Escritor y periodista mexicano (Villahermosa, 1982). Ganador del Primer Concurso de Ficción Playboy 2008, nominado al Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2010. Reconocido por la UJAT en 2002 (Premio Universitario de Ensayo sobre Benito Juárez) y en 2009 (Premio de Cuento de la Feria Universitaria del Libro). Ha publicado artículos sobre temas variados y relatos de ficción en diversos diarios y revistas locales y nacionales. En sus blogs (Aquí y en El desprendimiento del iceberg) y su Twitter (#AhoraResulta por @Acrofobos) se puede hallar el despliegue de su obra literaria y periodística.

4 comentarios en “¡Que inicie la subasta!

  1. Mi querido Alejandro… Seré sincero con una interrogante:
    ¿Qué posibilidades tengo de agregarle IVA, IETU y algún otro impuesto a mi voto? (Impuestos, claro, que deduciré de alguna manera para que vean lo que se siente).
    Siempre me fallaron las matemáticas. Así que si las matemáticas, que son tan exactas, me fallan, que no me fallen los políticos…
    Un gusto leerte y reflexionar aún más sobre la importancia del voto.
    Un abrazo.

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    1. Jajajajaja, muy cierto maestro Jorge. Aunque por esa razón, subió de casi 3 mil a 50 mil pesos, impuestos incluidos. Pienso además que tanto los ingresos de esos funcionarios públicos que no funcionan ni rinden cuentas al público se pagan con impuestos y que, de hecho, el sistema electoral también se ahí se costea. Pero no es mala idea, total, como recalco al final: Si ellos lo hacen, porqué uno no puede. Saludos y de veras gracias por leerme y por opinar, maestro.

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