Igualdad, equidad, paridad…

EQUIDAD
18 meses después, se demostró su naturaleza populista

Nadie, ni en sus más violentos sueños guajiros, ha protestado frente a las oficinas del Comité Olímpico Internacional en Lausana para reclamar, en la final de los 100 metros planos de los Juegos de Verano, la mitad de los carriles para las mujeres.

No les falta razón: Según las marcas actuales, el tercer hombre más rápido llegaría medio segundo antes que la mujer más rápida. Es decir, todo el medallero sería masculino incluso con esta imaginaria «cesión» para las damas.

Claro, hay quien se excede en las comparaciones: «Ahora nos van a pedir el mismo número de hijos» es el reproche más fascista y estúpido que he oído sobre la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para que los partidos restituyan sus procesos internos y otorguen el mismo número de candidaturas a hombres y a mujeres, del pasado domingo 26 de abril, es decir, una semana después de iniciadas las campañas.

Y todos (Repito: To-dos) los partidos rechinaron los dientes, pues ahora, sobreviene un impasse de 4 días de suspensión proselitista, que deberán invertir en acomodar las piezas. Les revelo: Tan intercambiables serán esas piezas para cumplir, pues tan anunciada fue la sentencia y tan acres los reclamos de las mujeres desplazadas como lo serán, ahora también, de los hombres desplazados.

Por desgracia, el tema se vuelve -se encierra- en una lucha sexista y politiquera, sin analizarse a fondo el único involucrado que vale la pena mencionar.

Nuestra joven democracia ya padece el descrédito de sus instituciones, el uso descarado de recursos, públicos y privados, para la coacción, el provecho de las ventajas que se puedan tener allí donde se gobierna, y, por supuesto, su mediocre, inane, ultramontana y ansiosa de lucro clase política, como para que además compremos como acto profundo de justicia lo que es un asunto matemático.

La paridad (otorgar por pares determinadas cantidades) fue lo que lograron las mujeres que no ganaron postulaciones: Uno pa’ ti y uno pa’ mí, éste pa’ ti y este pa’ mi. Punto. Supongo que en provincias con municipios pares el reparto será sencillo, porque en Tabasco, con 17, deberá decir (¿Quién?¿Cuándo?¿Cómo?) si serán 9 femeninas y 8 masculinas o viceversa.

Ese reparto, cuyos detalles nadie, ni el TEPJF, ha establecido, complicará y enrarecerá aún más un proceso electoral que clama abrumadoramente por un fuerte abstencionismo, abriendo la puerta a que opciones detestables (¿Y cuál no lo es?) gobiernen por la decisión de pocos votantes.

Tampoco el reparto, si es que ocurre, promoverá la equidad (la equivalencia, los logros equitativos, iguales) para las mujeres. Suponiendo si conceder que los partidos, unilateralmente, deciden cuáles candidaturas otorgarán a las mujeres, no hay garantía que será un proceso civilizado, que las mujeres contendientes no se entregarán al juego sucio y, mucho menos, que la candidata final supondrá la diferencia.

Lo he dicho ampliamente en otros artículos: Las alcaldesas, diputadas, senadoras, gobernadoras que han pasado por el poder en México no representaron el tan mentado cambio. Ninguna. En Tabasco tuvimos, por 2 meses, una Mesa Directiva conformada solo por mujeres, 4 en total. El Congreso dirigido sólo por mujeres. Nada se modificó en el ámbito legal y, por el contrario, cuando llegaron las fechas, todas (Repito: To-das) se lanzaron por el siguiente puesto.

3 de esas 4 lo lograron. Obvio decir que esas 3 celebraron el dictamen del TEPJF, pero ninguna se negó a aceptar hasta que hubiera paridad de postulaciones. La cola reluce, evidente: Nada tampoco lograron para cambiar las reglas del juego.

El PRI no podía alzar mucho la voz, dado que el decreto fue de su presidente; el resto, por preservar una imagen políticamente correcta. Pero todos ya están haciendo cuentas: ¿Dónde tiene el partido menos votos? Denle esa a Fulana de Tal ¿Cuál es la que promovió la sentencia? Que Mengana pierda la contienda interna. ¿Qué candidato será tumbado? Negocien con él para evitar que maniobre por el partido contrario y darle en la madre a Perengana.

Hasta las muchachas ya beneficiadas, que perdieron en Xalapa la garantía de su propia candidatura, tuvieron que detener sus actividades y corren el riesgo de ser «recolocadas» o bien, de enfrentarse a mujeres que sí poseen mejores condiciones para competir y aun ganarles durante el eventual proceso interno. Ya no aplauden tanto, lógicamente, porque sólo era un problema de «perdedoras».

Y cualquier proceso, así forzoso, está lejos de promover la democracia, tanto la interna de un partido como la de una contienda comicial. La razón es que no promueve el valor básico, la que se supone dice defender: La igualdad.

La igualdad ante la ley comienza por asumir que cada uno es diferente, reconocer sus derechos y obligaciones, y otorgar las mismas condiciones, hasta el único extremo permitido de la discriminación positiva: Espacios para personas con discapacidad, vagón del Metro sólo para mujeres, Premio Nacional de la Juventud Indígena, etc.

Dichas condiciones no cambiaron cuando las mujeres se encontraban en posición de hacerlo, de pavimentar el sendero, menos cambiarán por un dictamen legal. Por eso comenzamos a ver mujeres arañando a mujeres por su nombre en la boleta, como esas señoras que colocan lonas con fotos de La Otra, exhibiéndola como puta, en pos del inocente marido seducido.

Y veremos más: Con tal de cumplir la cuota, se establecerán estrategias cada vez más lesivas para las mujeres. Por ejemplo, sólo a aquellas dotadas de fuelle para ganar el puesto se les facilitará herramientas al interior, en demérito, quizá, de mujeres más capaces. Otro ejemplo, hoy un municipio previsiblemente perdido se le dará a una fémina y, en tres años, si es apetitoso pero no aparece una lideresa popular, se le dará a un varón. Otro más, el reparto de prerrogativas que, de iure, debe ser equitativo (Aquí si, igual para cada quien), proporcional, pero de facto no lo es, jamás lo ha sido, pues el Norte electoral continúa siendo apostar a vencedor o vencedora. Otro, bastante deplorable: Se echa mano, mientras lees esto, de las esposas de alcaldes o de los propios candidatos, justo como ocurrió en Baja California.

Fue el caso, hace 3 años, de Ana Karen Mollinedo, quien sin trayectoria previa logró la candidatura a diputada local (y a la postre este cargo, hoy con licencia buscando convertirse en diputada federal) porque a su hermano se la tumbaron los propios perredistas inconformes. ¿El argumento, entonces? Adivinaron: Equidad de género.

Bajo condiciones de igualdad, en democracia, hombres y mujeres compiten por la misma candidatura y para el mismo un cargo. Ésas condiciones no existen, en principio por machismo y estructuras patriarcales, igual en militantes que en votantes; enseguida, porque el camino de mantener el poder no pasa, todavía, por las mujeres; y, por último, porque carecemos de una democracia participativa que decida, verdaderamente, a quién queremos de presidenta municipal, diputada, gobernadora.

Por último, ya que hablamos de capacidad, ¿No debí constituir este criterio el fundamento del dictamen del TEPJF? ¿No debió este Tribunal orientar su sentencia a reconfigurar, aunque fuese parcialmente, esas reglas, esas condiciones, para «empoderarlas», para emparejar un piso altamente disparejo? ¿No debió disponer, a fondo y claramente, de un manual para que se consiguieran esas candidaturas femeninas con mayor democracia? ¿No se debió dar a los ciudadanos, en fin, a quienes decidimos, la posibilidad de escoger hombre o mujer según necesitemos?

*Escritor y periodista mexicano (Villahermosa, 1982). Ganador del Primer Concurso de Ficción Playboy 2008, nominado al Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2010. Reconocido por la UJAT en 2002 (Premio Universitario de Ensayo sobre Benito Juárez) y en 2009 (Premio de Cuento de la Feria Universitaria del Libro).
Ha publicado artículos sobre temas variados y relatos de ficción en diversos diarios y revistas locales y nacionales. En sus blogs (Aquí y en El desprendimiento del iceberg) y su Twitter (#AhoraResulta por @Acrofobos) se puede hallar el despliegue de su obra literaria y periodística

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