El Estado de Derecho según @EPN
Todavía #NosFaltan43… y los que faltan…


también nos empuja hacia la dictadura militar…
61 días y 12 presos políticos después, la solución final de Enrique Peña Nieto (@EPN) es la restitución del Estado Políciaco, de la rectoría del Estado a secas, de más laberinto legislativo y más organismos paquidérmicos. Traducción: El PRI más priista que el PRI premilenio.
Ha provocado más escándalo su iniciativa –telegrafiada gracias a sus zares para Michoacán y para la Frontera Sur– de “disolución municipal” para las policías y, llegado el caso, para los Ayuntamientos.
De su supuesta “justicia cotidiana”, ni hablar: Justicia cotidiana es que Soriana, la tienda que pavimentó su llegada a la Presidencia con monederos electrónicos, no cobre redondeos para el Teletón sin conocimiento de sus clientes. Ya existen denuncias. ¿Se paró al fraude?
Justicia cotidiana es que ninguna empresa del tamaño, digamos, de Televisa, evada con permiso oficial 3 mil millones de pesos de impuestos, pero pueda emprender una recaudación nacional.
El mismo Estado que debería procurar esa justicia cotidiana requiere una cirugía mayor que nadie emprenderá y que se reduce a 2 cosas: Autonomía institucional verdadera y una modificación cultural, casi genética, de los mexicanos, particularmente de aquella mayoría que pulula en la nómina de todos los poderes, de todos los niveles, de todos los organismos públicos.
Y ya que hablamos de Teletón y autoridades, un escenario para ilustrar la relación Federación-Municipio: Supongamos que Peña Nieto prohibiera que todo funcionario público donara al Teletón.
Por supuesto, no faltarían –a derechas e izquierdas– quien clamara por la soberanía de estados y de municipios, y veríamos a virreyes y comendadores (quiero decir, gobernadores y alcaldes) colocando hasta 2 cheques en la urna, como desde los tiempos de Arturo Montiel:
Uno, de su gobierno –o sea, dinero de los contribuyentes para que el señor haga caravana con sombrero ajeno– y otro de los trabajadores de su gobierno –o sea, diezmo que el muy laico Poder Ejecutivo cobra con mayor religiosidad que el Papa-. Por supuesto, no todos, pues entre ciudades hay niveles: Monterrey ha podido, Villahermosa ni siquiera lo intenta.
Pues lo hemos visto, prohibición o no, a lo largo de 18 años, incluso con 28 iniciativas ciudadanas y un llamamiento severo de la ONU instando a que no se haga lo indebido, a saber:
Si se quiere ayudar a las personas con discapacidad, que se use ese dinero público en bienes y servicios públicos para ellos, y que se les deje de mostrar como mendigos dignos de lástima y de lucro.
Es nomás un botón de muestra, pero, ¿Para eso quieren la actual autonomía municipal? Y subrayo: La “actual”.
Porque eso debió proponer Peña Nieto: Contralorías que no nombre el alcalde, o sea, estén a su servicio; direcciones de policía ratificadas y vigiladas por el Congreso local; elecciones auténticas de Cabildo y no conformarnos con lo que aparezca en la boleta y se reparta tras los conteos de votos; adiós a los pluris (sí, por si no lo sabían, también existen regidores plurinominales), que nadie elige pero que disfrutan recursos para campañas, y a 418 entelequias regidas por «Usos y costumbres»; auditorías fiscales a fondo no sólo para que aprendan a recaudar lo suyo y dejen la dependencia estatal y federal, sino para supervisar y limitar su gasto y su endeudamiento, y favorezcan sus inversiones –si es que las tienen-; y un Servicio Profesional de Carrera que permita el acceso o la continuidad evaluada, sin el chantaje de sindicato alguno ni de cada nuevo gobierno, de talentos mexicanos para que así brinden los mejores años de su vida al servicio del ciudadano.
Todo ello, aunado a la reelección, originaría en consecuencia municipios con proyectos a mediano y largo plazo, y no lo que son “actualmente”: Trampolines y carruseles políticos.
Atención aparte merecen las zonas metropolitanas, concepto científico pervertido por los políticos, que incluso forman una comisión legislativa disponiendo, sólo 2014, de más de 9 mil millones de pesos para beneficio de… ninguna zona: Tenemos grandes urbes, incluso capitales estatales, con ciudades-dormitorio, severos problemas de administración territorial y 3 servicios elementales colapsando cada día: El transporte público, la infraestructura del agua y la recolección de residuos sólidos, síntomas ya notables de la pésima integración urbana, esa sí cotidiana, en nuestro país.
Pero en relectura descubro que todo ello ya está en la Constitución Mexicana, y otras requieren torcer lo suficiente su Artículo 115. Nada difícil para el hombre que dice haber domado a 2 Cámaras para sus 10 reformas estructurales.
Solzhenitsyn proponía que la democracia en Rusia debía iniciar por la profunda transformación de sus gobierno locales, es decir, de sus municipios, no únicamente desde el poder central. Conciencia crítica de su país, todavía espera su pueblo esa transformación después de 4 presidentes –Gorbachov, Yeltsin, Médvedev y Putin-, pues tenía razón: La alternancia no es democracia, ésta debe forjarse, ejemplificarse, desde y junto a la autoridad más a la mano de la gente, hombres y mujeres de todas las edades, todas las condiciones.
México, tan piramidal y desde muchos siglos antes que Moscú, padece el mismo error desde el retorno a la democracia en 2000.
Y el PRI, ese igualmente tenebroso remedo de Politburó, resulta el menos indicado para solucionarlo.
*Escritor y periodista mexicano (Villahermosa, 1982). Ganador del Primer Concurso de Ficción Playboy 2008, nominado al Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2010. Reconocido por la UJAT en 2002 (Premio Universitario de Ensayo sobre Benito Juárez) y en 2009 (Premio de Cuento de la Feria Universitaria del Libro).
Ha publicado artículos sobre temas variados y relatos de ficción en diversos diarios y revistas locales y nacionales. Aquí en su blog, su Twitter (@Acrofobos) y su columna en Facebook (El desprendimiento del iceberg) se puede hallar el despliegue de su obra literaria y periodística.