#NâoMereçoSerEstuprada
A mis amigas periodistas, con cariño y contra el silencio

Nana Queiroz (@nanaqueiroz) trabaja como reportera y editora de Cultura del diario Metro Jornal de Brasilia.
A diferencia de muchas de sus contrapartes en México (ya no digamos en Tabasco), su preparación es de alto nivel, con estudios en Relaciones Internacionales en 2 países además del suyo.
-Diferencia que lamento mucho y que en gran medida se debe a aquello que Nana fustiga-
Surgió a la fama desde que el pasado 27 de marzo, el Instituto de Investigaciones en Economía Aplicada (IPEA, por sus siglas en portugués) publicara (http://goo.gl/p4wSFD) escalofriantes cifras sobre la tolerancia social a la violencia contra las mujeres, término que por sí mismo es más elocuente que las del INEGI: Una cosa es el crimen, otra es cómo lo acepta la sociedad.
Dicha encuesta revela a la brasileña como una sociedad profundamente machista aunque superficialmente diversa, que pide cárcel al que pega a su mujer (91.4 %) pero considera que, literalmente, la ropa sucia se lava en casa (89 %).
Un Brasil que exige castigo pero guarda silencio.
Así, el 50.1 % apoyó que “los matrimonios del mismo sexo deben tener los mismos derechos” que los restantes, pero el 52 % también dijo que “deben ser prohibidos” y, lo más incisivo: Al 59.2 % le “incomoda ver a una pareja homosexual besándose en la boca en público”.
Quizá las más graves tratan sobre la violación:
65.1 % de los encuestados dijo estar, parcial o plenamente, de acuerdo en que “las mujeres que usan ropas que muestran el cuerpo merecen ser atacadas”.
Otro 58.5 % sostuvo que “si las mujeres supieran cómo comportarse, habría menos violaciones”.
Fueron éstas 2 respuestas las que animaron a Nana a emprender su campaña #NâoMereÇoSerEstrupada («No merezco ser violada»), que ha encendido las redes sociales y a los medios convencionales por su originalidad, su acento polémico –no podría ser de otra forma– y un amplio apoyo masculino.
Fotografías de mujeres -y uno que otro hombre- de todos colores, tamaños y sabores, desnudas o “mostrando el cuerpo” con el hashtag escrito en la piel o un cartelón, más la seña universal de desaprobación.
El éxito de Nana radica justamente, ante los exacerbados prejuicios de los cariocas, romper ese mortífero silencio que los solapa, los fomenta y los perpetua, dentro y fuera de Brasil.
Su triple condición de mujer, periodista y activista por los Derechos Humanos pone la llaga sobre lo que sucede en México, donde tampoco vendemos piñas:
En estados como en el que dice haber gobernado Enrique Peña Nieto, Edomex, la tasa de feminicidios es 15 veces más alta que el promedio mundial; y cada día, en todo el país, asesinan impunemente (95 %) a 6.5 mexicanas.
Nuestro machismo prevalece todavía en todos los rincones sociales, incluidas… sí, las redacciones de periódicos, revistas, televisoras, radiodifusoras y contenidos digitales.
Puedo ejemplificar los extremos con Lydia Cacho e Inés Sáinz, pero lo que quiero es señalar el increíble silencio que la mayoría de los propios medios guardan al respecto.
De quiénes arguyen que la muestra de 3 mil 810 personas entrevistadas para el estudio de IPEA no representa a todo Brasil, no puedo dejar de sorprenderme: 66.5 % de los participantes con todo y sus respuestas claras fueron
mujeres.
*Escritor y periodista mexicano (Villahermosa, 1982). Ganador del Primer Concurso de Ficción

-Tiene calor.
-Va a jugar pelota.
-Quiere ser violado.
¡Claro!»
Playboy 2008, nominado al Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2010. Reconocido por la UJAT en 2002 (Premio Universitario de Ensayo sobre Benito Juárez) y en 2009 (Premio de Cuento de la Feria Universitaria del Libro). Ha publicado artículos sobre temas variados y relatos de ficción en diversos diarios y revistas locales y nacionales. Aquí en su blog, su Twitter (@Acrofobos) y su columna en Facebook (El desprendimiento del iceberg) se puede hallar el despliegue de su obra literaria y periodística.

Ella: «Yo no merezco ser violada. Tod@s contra el machismo»